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martes, 30 de septiembre de 2014

Toute femme élégante est cliente du printemps


La poca dignidad que te quedaba yacía entonces en mis manos, casi sin vida, ahogándose en lo que la patética fuerza de mis dedos lo consumía y reducía a polvo. Recuerdo mirarte, mientras mi soplo de desdén enviaba tus restos allí donde los llevase el viento.
Allí donde el fuego es juego entre nosotros, donde las chispas se difunden en el odio que te siento... y tú ahora me sientes. Cerca. O lejos, dependiendo del ansia de matarme que te haya despertado esta mañana.
Matarme en serio, o quizá sin ganas.
Porque en lo que te propones distanciarte, te encuentras otra vez de vuelta. y Yo esperándote. Espero y desespero por aclarar mis dudas de hoy quererte y mañana... también, pero lo más lejos de aquí. 

domingo, 7 de septiembre de 2014

7 de Septiembre


Llevo varias semanas pensando en muchas cosas, planteándome diferentes hipótesis, y entendiendo cuál es la conclusión de cada una de ellas. Y no puedo dejar de darle vueltas a cómo la vida y sus circunstancias permiten que de un día para otro, todo cambie de esta forma tan brusca. Comprender que "echar de menos" acabará convirtiéndose en sufrir por quien más cerca esté; darte cuenta de que cuando realmente algo te duele, ni siquiera llorar tiene importancia, y acaba resultando algo insuficiente. Perder a alguien por mucho que sepa que está cerca, no es algo que yo pueda aceptar fácilmente.


No es cuestión de tiempo, sino de cuántas emociones hayas sentido, la felicidad que hayas podido tener al ver sonreír a quien más le cuesta, la sensación que se tiene cuando puedes acompañar a alguien en sus peores circunstancias.

Éramos tan diferentes... Pero tan iguales en realidad. Siempre quejándonos de lo malo, siempre enfadándonos porque nada en esta vida nos parecía digno de admirar, más críticas que nadie y todo lo pesimista que uno puede llegar a ser. Mirarme en el espejo de alguna manera es ver tu reflejo con más vitalidad que nunca. Quizá en ese sentido haya salido ganando yo. Aunque el valor te lo reservo para ti, porque desgraciadamente esa fortaleza a la hora de dejar las cosas claras, no me tocó en el reparto genético.


Seamos sinceros, este ha sido un año muy largo, lleno de subidas y bajadas, de disgustos y alegrías, por poca importancia que tú quieras darle. He sentido más miedo a perderte que en todo el tiempo que llevo conociéndote. Y finalmente, tal y como ves, las cosas parecen muy distintas a como las habíamos imaginado. Pero ya que soy la única que a día de hoy puede apreciar todo lo que nos hemos querido, con tiempo acabaré por aceptarlo. 

Ya no me queda nada de ti, solo un recuerdo, un perfecto recuerdo. Y lo cierto es que debo estar muy agradecida por conservar tan buen ideal de ti.