Translate

Seguidores

lunes, 27 de octubre de 2014

De ti y de mi

Yo era un loco hablando con reflejos que no están, hasta que por fin he definido lo evidente: que durante este tiempo lo que había imaginado no existía, que todo lo creado se daba de bruces contra una realidad desafiante y desalmada que precisamente llevaba tu nombre.
Tu nombre, que cada letra me desgarraba al escucharlo fuera o dentro de tu contexto. Siendo sinceros, todo lo que tuviera que ver contigo me destrozaba en pedazos y siempre me veía en la tesitura de recogerlos para reconstruirme bajo tu mirada compasiva que, pudiendo hacerlo todo, no se inmutaba por nada. 
¿Y sabes qué? Hoy he cogido todo lo que habías hecho de mi, lo he metido en una bolsa y lo he abandonado a su suerte con la esperanza de no volver a saber nunca nada más, justo como tu hiciste conmigo. He aprendido nuevos conceptos al tiempo que se enfrentaba mi nuevo silencio con el tuyo ya algo más que veterano, al tiempo que nuestras similitudes y diferencias se entregaban en una lucha cuerpo a cuerpo y, sobretodo, al tiempo que dándote la espalda me alejaba de ti sin intención de regresar.

miércoles, 8 de octubre de 2014

015

Como me imagino le ha sucedido a muchos, desde el momento en el que supe LA noticia, la histeria se hizo con el control de hasta el último centímetro de mi cuerpo. Hasta tal punto, que esa noche ni siquiera fui capaz de dormir bien. 
No imagináis la cantidad de gente a la que llamé, a la que envié mensajes, a la que transmití mi ansiedad en pocas horas... a la que, en definitiva, contagié de este miedo
Fijaos que según fue pasando el tiempo, según fui hablando con más personas caí en la cuenta de lo que había hecho y seguía haciendo: yo misma me estaba haciendo partícipe de la verdadera infección. No pretendo en ningún momento desacreditar el peligro de una enfermedad que mata entorno al 51% (41-61%) de las personas que se contagian, pero sí empezar a transmitir un mensaje de tranquilidad. 
El sensacionalismo mediático aniquila el escepticismo y es quién verdaderamente ha agravado todo este revuelo. ¿Quién ha visto en prensa en qué consiste la enfermedad? ¿Quién ha sido informado debidamente de la etapa y los medios de contagio? ¿del protocolo de prevención quizá? Exceptuando a los que movidos por la curiosidad y el deseo de ser críticos con la información se molestaron expresamente en saber más, el resto se quedó con la idea de que una nueva, pionera y devastadora epidemia comenzaba expandirse. Ni nueva, ni pionera-por mucho que se trate del primer contagio en Europa-.

Y, no lo crean si no quieren, pero muchos padres prohibieron entonces salir a jugar a sus hijos; muchas personas se alteraron al ver que su termómetro marcaba dos décimas de más; otras cogieron con miedo el metro al día siguiente cuando iban a trabajar y desde luego no duden que hay quién, estando temporalmente en la capital, se planteó si debía abandonarla de inmediato.

Pocos días atrás, ocurría en Dallas, Texas (EEUU) un caso similar a este en el que una persona fue diagnosticada de ébola. Rápidamente se procedió al aislamiento del paciente, a la identificación de la población de riesgo de contagio, se ordenó que fueran "quarantined"  o puestos en cuarentena para controlar el foco de infección y evitar así empeorar el problema. Si bien es cierto que tanto las instalaciones como la vestimenta que estipula el protocolo para un virus de nivel de riesgo biológico IV (siendo éste el riesgo máximo) están mucho mejor preparadas que en nuestro país es importante recalcar que la situación fue, hasta el momento, controlada.  

Toda información que nos ha llegado no iba más lejos de palabras como "irresponsabilidad del Gobierno", "incompetencia del personal sanitario", y "amenaza contra la salud pública", cuestiones a las que en ningún momento puedo quitarle importancia. No niego que sea necesario mirar para atrás y encontrar un responsable de cada uno de los fallos que a nivel político, sanitario y social han llevado al punto en el que ahora nos encontramos, pero desde luego es esencial dirigir todas nuestras miradas a un presente capaz de apaciguar el miedo de la población y a un futuro comprometido a encontrar una solución.